🟥 DERROTA, ABSTENCIÓN Y BRONCA: LA LIBERTAD AVANZA SE DESPLOMA EN SANTA FE CON APENAS UN 13% EN UNA ELECCIÓN DONDE EL 40% DEL PADRÓN DIJO “NO VOTO A NADIE”

Compartir

La escena fue lapidaria. La Libertad Avanza recibió una cachetada histórica en Santa Fe, al cosechar tan solo un 13% de los votos emitidos. Pero el dato más inquietante no es ese. Lo que enciende todas las alarmas es que apenas el 60% del padrón electoral se presentó a votar. El otro 40% —¡mas de un millon de argentinos!— directamente se negó a participar del sistema político.

¿El resultado real? Si uno mide sobre el total del padrón, el partido de Javier Milei obtuvo menos del 8% de apoyo total. Una cifra insignificante para un espacio que hace solo meses se creía imbatible. La motosierra se quedó sin filo, y la épica libertaria naufraga en la abstención y el desencanto.

Y eso no es casualidad. El pueblo está enojado. Cansado. Herido. La bronca es tan profunda que ni siquiera quieren ir a votar para castigar. La gente ya no cree en nada ni en nadie. No fue solo una derrota electoral, fue una derrota moral del sistema político completo.

Publicidad

Fernando Gray, con una ironía filosa, propuso inscribir al ministro Caputo en el Libro Guinness como el “campeón mundial de la deuda externa”. Y muchos en las calles y redes lo celebraron: el humor negro ya es la única manera que tiene el pueblo de resistir tanto saqueo institucionalizado.

Pero esta abstención masiva —que algunos intentan minimizar— es el grito silencioso más potente que se haya escuchado en años. Es un “basta” rotundo a la improvisación, a la motosierra sin corazón, al show berreta disfrazado de gestión.

Porque si el oficialismo apenas sedujo al 13% de los que fueron a votar, y al mismo tiempo 4 de cada 10 personas eligieron no votar, entonces lo que se vive ya no es solo una crisis electoral: es una ruptura social peligrosa.

En las calles, se siente. Los negocios cierran. Las pymes agonizan. La clase media está en estado de shock. Los jóvenes, que soñaron con un outsider que rompiera el sistema, ahora no saben cómo pagar un alquiler ni qué verdura comprar sin fundirse.

Y en ese escenario, la abstención no es indiferencia: es castigo. Es señal de una sociedad que ya no espera nada de los de arriba, y que comienza a organizarse desde abajo, con bronca, con miedo, con dignidad.

Este resultado electoral en Santa Fe no es una anécdota provincial. Es una advertencia nacional. Un barómetro que indica que la temperatura del pueblo está subiendo, y que el termómetro de la legitimidad política se está rompiendo.

📢 Informó Diario Génesis.

Compartir
Dejar comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mantenete al día con las noticias más importantes

Al presionar el botón Suscribirse, confirma que ha leído y acepta nuestra Política de privacidad y Términos de uso.
Publicidad