
El terremoto de magnitud 8,8 que sacudió la península rusa de Kamchatka provocó evacuaciones masivas y alertas de tsunami en múltiples países. Sin embargo, con el paso de las horas, las olas no causaron los daños esperados y la mayoría de los países levantaron las alertas de emergencia.
Japón fue uno de los primeros en actuar, evacuando a casi dos millones de personas, incluyendo al personal de la planta nuclear de Fukushima. Las olas llegaron a 1,3 metros, y aunque la advertencia se redujo a un simple aviso, una mujer murió durante la evacuación.
🌐 Desde Estados Unidos hasta Sudamérica, y desde Papúa Nueva Guinea hasta Vanuatu, las autoridades ordenaron desalojos preventivos. El representante de la ONU, Kamal Kishore, advirtió que los tsunamis cruzan océanos a gran velocidad y resaltó la necesidad de una cooperación multilateral para prevenir tragedias.
En Sévero Kurilsk, la localidad más cercana al epicentro, las olas alcanzaron los 4 metros, inundaron el puerto y dañaron edificaciones, pero no hubo víctimas fatales ni viviendas colapsadas. “Fue aterrador, pero estábamos preparados”, dijo una residente.
👷♂️ El gobernador Vladimir Solodov agradeció a un equipo médico que siguió operando durante los temblores, y anunció que serán premiados. Además, se propusieron acciones prioritarias, como la evaluación de daños estructurales y la reconstrucción de un jardín de infantes.
En Chile, se canceló la alerta en la Antártida y la Isla de Pascua, aunque se mantuvo en parte del litoral continental. Se evacuaron a más de un millón y medio de personas. En tanto, México, Colombia y Ecuador también cancelaron sus alertas tras evaluar la ausencia de olas significativas.
🛰️ “El sistema de alerta temprana funcionó”, aseguraron desde el Senapred de Chile. Aunque en muchos lugares las olas apenas superaron los 60 cm, la preparación evitó consecuencias mayores.