El gasto de los argentinos con tarjeta en moneda extranjera alcanzó niveles inéditos desde la década de los 90. El fin del cepo cambiario disparó compras en dólares y encendió alarmas sobre las reservas del Banco Central.

El consumo con tarjeta en dólares durante julio alcanzó su punto más alto desde la salida del régimen de convertibilidad, impulsado por la eliminación de restricciones al dólar. Compras en el exterior, servicios digitales y viajes viajaron en paralelo con un aumento inédito del uso de plásticos en moneda extranjera, testigo de una demanda de divisas sin precedentes.
Este pico de gastos llega en el contexto de un mercado cambiario liberado desde abril, con el cepo prácticamente levantado. Pese a que alrededor del 60 % de esos pagos se cubrieron con dólares propios, el Banco Central vio cómo se aceleraba la presión sobre sus reservas internacionales. El ritmo de gasto en dólares refleja una tasa de crecimiento intermensual superior al 37 %.
Aumentan los controles: a partir de julio, la Agencia de Recaudación exige reportes detallados sobre cada compra con tarjeta en el exterior, mientras se reafirman los límites aduaneros. Todo esto llega en medio de una creciente dolarización de carteras ante la incertidumbre electoral y la abundante liquidez en pesos, lo que expone a la economía a tensiones cambiarias persistentes.