A un mes de los comicios bonaerenses, el oficialismo reorganiza su estrategia entre internas, fotos calculadas y un Presidente que dosifica su presencia. El fantasma de una derrota se hace sentir en Balcarce 50.
Por más que Javier Milei insista en que “no hay plata”, lo que realmente escasea en la Casa Rosada es margen político. A menos de un mes de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, el oficialismo enfrenta un panorama electoral complicado, marcado por encuestas adversas, tensiones con el PRO, candidatos poco conocidos y un Presidente que elige replegarse en silencio, evitando el cuerpo a cuerpo con el territorio.
📌 El “acto quirúrgico” del jueves: Milei, fotos selectivas y números que preocupan
El jueves 8 de agosto será una fecha clave: vence el plazo para inscribir alianzas nacionales y comienza la cuenta regresiva para las elecciones bonaerenses. En ese marco, el Gobierno planea un gesto de respaldo con una foto cuidadosamente curada: Milei aparecería junto a los principales candidatos de La Libertad Avanza en la provincia, evitando la exposición innecesaria y seleccionando con precisión dónde y con quién mostrarse.
La imagen, originalmente prevista para el miércoles, fue postergada tras una reunión en la Casa Rosada entre Sebastián Pareja (armador de Karina Milei en PBA) y Cristian Ritondo (representante del PRO). Aunque aún no se definió el lugar exacto, ya está claro que no será en la Casa Rosada ni en Tres de Febrero, como se especulaba.
El cálculo es evidente: según los datos internos, LLA estaría diez puntos abajo del peronismo en territorio bonaerense, con fuertes retrocesos en la segunda, tercera y cuarta sección electoral. El oficialismo pone todas sus fichas en la primera sección, que representa el 30% del padrón, donde el intendente Diego Valenzuela lidera la boleta y es uno de los pocos candidatos con peso territorial real.
🧩 Los nombres, el silencio y la estrategia de no “quemar” al Presidente
El resto de la lista de secciones se completa con figuras poco conocidas, como Natalia Blanco (segunda), Maximiliano Bondarenko (tercera), Gonzalo Cabezas (cuarta), Guillermo Montenegro (quinta), Oscar Liberman (sexta), Alejandro Speroni (séptima) y Francisco Adorni (octava). El propio Milei se niega a posar con candidatos sin tracción electoral y, según su entorno, hará apariciones “quirúrgicas y a cuenta gotas”.
La apuesta es clara: evitar una asociación directa con posibles derrotas seccionales, y al mismo tiempo nacionalizar la campaña, ubicando el eje en una lucha ideológica contra el kirchnerismo.
🗣️ Insultos, metáforas y el intento de nacionalizar el conflicto bonaerense
Durante un evento de la Fundación Faro, Milei volvió a apelar a la confrontación directa con el gobernador Axel Kicillof, a quien tildó de “inútil esférico” y “enano soviético”. Más allá de lo grotesco, el mensaje fue estratégico: describió la elección como “el techo del kirchnerismo y el suelo de La Libertad Avanza”.
Milei quiere transformar las elecciones provinciales en una pulseada simbólica nacional: si derrota al kirchnerismo en su bastión, su liderazgo queda fortalecido; si pierde, buscará mostrar que fue una derrota “del sistema viejo” y no de su figura.
🔁 El acuerdo con el PRO: una sociedad cada vez más desequilibrada
En paralelo, la “mesa chica” del oficialismo se reunió para cerrar alianzas nacionales. Participaron Guillermo Francos, Karina Milei, Santiago Caputo, Martín y Lule Menem, y Lisandro Catalán. El nuevo pacto con el PRO se concretó: el partido amarillo tendrá apenas dos diputados “entrables” en la Ciudad de Buenos Aires. La ministra Patricia Bullrich encabezará la lista de senadores por CABA y José Luis Espert la de diputados en la provincia (que no elige senadores).
En los pasillos del oficialismo circulan ironías: “Al PRO le están haciendo lo mismo que ellos hacían en Juntos por el Cambio”, comentan radicales que ahora se pintaron de violeta. La jugada revela una asimetría cada vez mayor entre el poder real de LLA y la marginalización de sus aliados.
💣 Candidaturas sin testimonialismo y una señal interna a Bullrich
Fiel a su discurso, Milei rechaza las candidaturas testimoniales, a las que calificó como una “estafa moral”. Por eso, Valenzuela y Montenegro dejarán sus intendencias, y Bullrich debería hacer lo mismo en Seguridad si quiere ser candidata. La lectura entre líneas es clara: después de diciembre podría haber una fusión entre Seguridad y Justicia, lo que implicaría una salida anticipada de Bullrich del gabinete.
🏛️ Congreso y campaña: cómo frenar la agenda social sin pagar el costo político
Más allá del escenario electoral, la reunión de la cúpula libertaria también abordó otro punto clave: la sesión del miércoles en Diputados, donde la oposición busca tratar proyectos sensibles como la emergencia en salud pediátrica y el presupuesto universitario. La prioridad de LLA es evitar el quórum para no verse obligado a vetar nuevamente en plena campaña.
Aun así, Milei no descarta seguir vetando leyes si eso implica sostener el equilibrio fiscal. En su último discurso lo dejó claro: “Mi límite son los cadáveres en las calles”, dijo sin eufemismos. Una frase tan brutal como coherente con su línea de gobierno.
🧠 Conclusión: Milei se refugia en el relato mientras el poder real se juega en el territorio
El oficialismo sabe que el impacto electoral de Milei es real, pero limitado. Funciona en CABA, pero no alcanza para revertir un escenario adverso en Buenos Aires, donde el peronismo aún conserva estructuras sólidas. Sin presencia territorial ni referentes fuertes, el Gobierno apuesta a una campaña simbólica y provocadora, pero cada vez más alejada de los desafíos concretos del federalismo.
La elección bonaerense será, como dijo Milei, un clavo más. La pregunta es si lo está martillando sobre el kirchnerismo o sobre su propio proyecto político.