La paciencia de las provincias se agotó. Gobernadores de todo el país salieron al cruce de la Casa Rosada tras la implementación de cambios impositivos que recortan drásticamente los fondos coparticipables, sin diálogo, sin debate, sin siquiera un aviso previo.
La bronca fue generalizada. Los mandatarios denuncian que la Nación avanza de forma unilateral, debilitando la autonomía financiera de las provincias y quebrando el equilibrio federal que garantiza la Constitución. Lo que comenzó como una tensión silenciosa, hoy estalla con declaraciones duras, amenazas de judicialización y gestos de ruptura política.
En un clima que se espesa, los gobernadores exigen que se detenga este avance centralista que vacía las arcas provinciales mientras se imponen ajustes desde Buenos Aires.
“Nos quitaron recursos sin preguntar, sin consultar y sin escuchar”, expresó uno de los mandatarios con indignación.
La unidad entre provincias empieza a tomar forma en un frente común que puede marcar un antes y un después en la relación entre el Ejecutivo y las jurisdicciones. El conflicto está en marcha, y las consecuencias pueden ser profundas.
Informó Petrus Borel.