Kicillof, Máximo Kirchner y Massa se posicionan como vértices de una estrategia común para sostener el bastión provincial ante el avance libertario
Con la cuenta regresiva rumbo al cierre de alianzas electorales ya en marcha, el peronismo bonaerense comienza a mostrar señales concretas de reorganización política. El reciente encuentro entre Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa en la ciudad de La Plata marcó un punto de inflexión: el inicio de una mesa política unificada que busca garantizar una lista de consenso en la provincia de Buenos Aires, territorio clave para el armado nacional opositor.
La cumbre, que reunió a los principales dirigentes del oficialismo provincial y a un grupo representativo de intendentes, confirmó que, más allá de las tensiones recientes, los incentivos para la unidad pesan más que las diferencias. El escenario nacional —con un gobierno libertario que intenta consolidar poder y avanzar sobre el federalismo— obliga al peronismo a cerrar filas en su distrito más fuerte, tanto en términos electorales como de estructura territorial.
🧭 Tres liderazgos, una estrategia
De la reunión no sólo surgió el compromiso de presentar listas únicas para las elecciones provinciales de septiembre y las nacionales de octubre. También quedó definido que el armado político será conducido por un trípode de liderazgos: Kicillof, como gobernador y figura de gestión con alta aprobación; Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense y articulador del kirchnerismo territorial; y Massa, como referente del peronismo dialoguista y con llegada a sectores del empresariado y el sindicalismo.
Si bien las fricciones no están del todo saldadas —principalmente por el lugar que ocupará cada sector en las listas—, el horizonte compartido impuso la necesidad de avanzar, aunque sea paso a paso, hacia una estrategia común. La reunión del Consejo del PJ bonaerense convocada por Máximo para esta semana en San Vicente es una instancia formal que busca respaldar institucionalmente los acuerdos políticos que se vienen tejiendo en paralelo.
🗳️ Elecciones en un contexto adverso
La ofensiva de Javier Milei sobre el sistema político tradicional y su intento de consolidar una alternativa unificada de derecha obligan al peronismo a dejar atrás la fragmentación. Lo que en otras coyunturas podía postergarse para negociaciones de último momento, hoy se convierte en una urgencia. Especialmente cuando la Casa Rosada intenta armar una lista competitiva en el conurbano con apoyo empresarial y mediático.
En ese marco, la unidad no es una opción, sino una condición de supervivencia electoral. El peronismo bonaerense sabe que si no consolida una estrategia común, corre el riesgo de ceder su principal bastión territorial, algo que podría precipitar una derrota en cascada a nivel nacional.
📌 Definiciones, tiempos y señales
Entre los ejes discutidos en la reunión de La Plata se destacan tres grandes definiciones:
- Confrontar con el ajuste de Milei, ubicando al oficialismo nacional como el adversario político directo.
- Reivindicar la inocencia de Cristina Fernández de Kirchner, posicionándola como víctima de proscripción y símbolo de resistencia.
- Blindar la provincia ante la “motosierra”, es decir, evitar que se apliquen las políticas de recorte y desregulación que impulsa el gobierno libertario.
En cuanto al armado de listas, se resolvió que los candidatos deberán ser “los más competitivos”, dejando de lado criterios de cupo sectorial o de internas abiertas. Esto sugiere una voluntad de priorizar eficacia electoral sobre representatividad interna, al menos en esta etapa. Para eso se conformará una mesa chica tripartita que se encargará de afinar la estrategia y distribuir los lugares clave en cada distrito.
🧩 ¿Una unidad táctica o estructural?
El interrogante que se abre es si esta incipiente unidad será meramente táctica y electoral, o si podrá derivar en una reconstrucción estratégica del peronismo bonaerense, golpeado tras la derrota nacional de 2023 y los conflictos internos que le siguieron.
La presencia de referentes de todos los espacios —desde intendentes históricos hasta dirigentes de Patria Grande como Itai Hagman y Federico Fagioli— indica que hay voluntad de construir amplitud. Sin embargo, todavía persisten recelos mutuos, especialmente entre los sectores más orgánicos del kirchnerismo y aquellos más moderados ligados a Massa.
Lo que parece quedar claro es que Axel Kicillof asume un rol cada vez más central en la articulación política, con la legitimidad de haber conservado la gobernación y el desafío de actuar como garante de equilibrio entre las partes.
⏳ Tiempo de definiciones
El plazo para el cierre de listas vence el 19 de julio. Hasta entonces, el peronismo bonaerense deberá resolver candidaturas, repartir lugares de campaña y ordenar la narrativa con la que buscará reconectar con una sociedad que aún se muestra desorientada frente al nuevo escenario político.
La reunión del domingo fue una primera señal clara de unidad, pero el proceso recién empieza. Lo que está en juego no es sólo una elección provincial, sino la posibilidad de que el peronismo recupere una identidad común y un rumbo político, en un contexto donde las certezas escasean y los desafíos sobran.