La vicepresidenta Victoria Villarruel prepara un desembarco explosivo en la Patagonia. Este viernes, llegará a Río Mayo, Chubut, la localidad donde vivió durante su adolescencia, para participar de los actos por el 90° aniversario de la ciudad. Se trata de un regreso cargado de emociones personales, pero también de un fuerte mensaje político en medio de un clima nacional cada vez más tenso.
Villarruel será recibida con honores por el gobernador Ignacio Torres y el intendente Gustavo Loyaute. El itinerario incluye un desfile central por las calles principales, inauguraciones de obras de infraestructura y hasta un homenaje en memoria de una ex funcionaria local. Pero el momento más esperado será su paso por la Escuela N.º 148, donde cursó el séptimo grado, y por el Regimiento de Infantería 31, lugar en el que vivió en 1987 junto a su familia.
El viaje no pasa desapercibido. Mientras la relación con el presidente Milei atraviesa momentos de tensión, la vicepresidenta decide mostrarse en un escenario que mezcla la calidez de sus raíces con la potencia de un armado político federal. Cada gesto, cada palabra y cada foto que surja de este acto podría convertirse en un mensaje directo a la Casa Rosada y a toda la dirigencia nacional.
La visita promete un despliegue multitudinario, con vecinos expectantes por ver a quien supo ser parte de su historia cotidiana y que hoy ocupa uno de los cargos más altos del país. Para muchos, este regreso es más que una simple celebración: es un reencuentro con su pasado, un gesto de reivindicación y, al mismo tiempo, un movimiento estratégico que podría tener repercusiones en el tablero político nacional.
Con una agenda que mezcla la emoción personal y la inevitable lectura política, el paso de Villarruel por Río Mayo podría convertirse en uno de los hitos más comentados de este año.