La línea aérea estatal cerró 2024 con un resultado económico positivo por primera vez desde su estatización. Una estrategia de ajuste, eficiencia y mayor productividad permitió revertir años de pérdidas.

Después de más de una década con números en rojo, Aerolíneas Argentinas cerró el año 2024 con una ganancia económica de 271.000 millones de pesos y una utilidad operativa superior a los 20 millones de dólares. Se trata del primer balance positivo desde su reestatización en 2008, y marca un hito para la empresa que supo ser fuertemente cuestionada por sus déficits constantes.
Este cambio se logró a partir de una política de recorte de costos y reorganización interna. La compañía redujo su planta de personal entre un 13 % y 15 % mediante retiros voluntarios, y eliminó más de 80 cargos directivos. También se cancelaron rutas poco rentables y se mejoró el uso de la flota, logrando récords de eficiencia en horas de vuelo por avión y empleados por aeronave.
Además, Aerolíneas logró bajar su deuda en dólares en un 25 %, sin perder liquidez, y redujo drásticamente su dependencia de aportes del Estado. Para 2025, se espera que opere íntegramente con recursos propios, lo que abre la posibilidad de un futuro sin subsidios y, eventualmente, de avanzar hacia nuevos esquemas de gestión o hasta una posible privatización.