El empate entre Boca Juniors y Rosario Central desató una verdadera tormenta en el fútbol argentino. Con un gol de Rodrigo Battaglia para el Xeneize y una respuesta fulminante de Ángel Di María, el 1-1 en Arroyito no dejó satisfecho a nadie y reacomodó por completo la pelea por el título, la clasificación a las copas y la dramática lucha por el descenso.
La igualdad empujó a Unión a lo más alto del Grupo A tras su victoria frente a Gimnasia, mientras que Instituto sorprendió con un golpe durísimo a Argentinos Juniors, que empieza a complicarse en su sueño de Libertadores. River, por su parte, se afirmó como líder indiscutido de la Tabla Anual tras superar a Estudiantes y amenaza con escaparse definitivamente.
En el terreno internacional, Boca y Central mantienen plazas firmes para la Libertadores, aunque la presión de equipos como Argentinos y Barracas Central los obliga a no ceder terreno. En la Sudamericana, la pelea es feroz: Riestra, Huracán, San Lorenzo y Tigre se disputan cada punto como si fuera una final.
El descenso, mientras tanto, se convierte en un campo minado: con el sistema que condena al último de la Tabla Anual y al peor promedio, varios clubes sienten el agua al cuello y saben que cualquier error puede ser letal.
El Clausura arde, las cuentas tiemblan y cada partido que se viene promete ser una verdadera final.