Baja Con la inflación que hace estragos y salarios que no alcanzan, Javier Milei viajó a Nueva York a buscar fotos con líderes internacionales. Para la oposición, es puro show mediático mientras en Argentina crece el malestar social y la bronca en las calles.
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El presidente aterrizó en Nueva York en medio de una tormenta económica. Su agenda incluyó reuniones con Donald Trump y Benjamin Netanyahu, que rápidamente fueron viralizadas en redes sociales. Las imágenes muestran sonrisas, apretones de manos y discursos grandilocuentes sobre “libertad” y “alianzas estratégicas”.
Pero en Argentina, muchos se preguntan si estas giras sirven para algo concreto o son solo un reality show político para sus seguidores.
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Desde el Gobierno se habló de “fortalecer relaciones con las potencias que defienden los valores de Occidente”, pero la oposición cuestionó la utilidad de estas reuniones:
“No necesitamos fotos para Instagram, necesitamos un plan económico que frene la inflación y genere trabajo”, disparó un diputado opositor en el Congreso.
Incluso dentro del oficialismo hay sectores que ven el viaje como una distracción innecesaria en un momento en que el país enfrenta una de las peores crisis de los últimos años.
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Otra de las paradas clave del viaje fue el encuentro con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Según trascendió, se discutieron nuevas metas de ajuste fiscal y posibles desembolsos. Para muchos analistas, esto significa que se vienen más recortes y medidas impopulares.
Los gremios ya amenazan con paros si hay más ajustes sobre los salarios y los programas sociales.
🔥 El termómetro social no da respiro
Mientras Milei se pasea por Nueva York, en Buenos Aires crecen las protestas, el dólar paralelo sigue subiendo y los precios en supermercados no paran de remarcarse.
La sensación de desconexión entre la Casa Rosada y la realidad cotidiana es cada vez mayor, y algunos hablan de un presidente que gobierna “para el exterior” y no para la gente.
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El viaje puede fortalecer el perfil internacional de Milei, pero también puede costarle caro en términos políticos. Si las promesas que trae de EE.UU. e Israel no se traducen en mejoras concretas para el bolsillo de los argentinos, el costo político será altísimo.
Por ahora, la foto sonriente con Trump y Netanyahu sirve para alimentar su narrativa de líder “antisistema”, pero el país sigue esperando soluciones reales.