La administración reinstauró una medida del control cambiario que prohíbe a quienes adquieran divisas oficiales operar en los mercados financieros por tres meses, en un intento por frenar arbitrajes especulativos y contener las fugas de capitales.
En una vuelta al cepo, el Gobierno dispuso que toda persona que compre dólares por la vía oficial quedará impedida de operar con instrumentos denominados en divisas —como el dólar MEP o el dólar contado con liquidación (CCL)— por un período mínimo de 90 días. Esta restricción cruzada ya había sido utilizada como herramienta de control cambiario en años anteriores.
La medida está dirigida particularmente a quienes desempeñan funciones clave en entidades financieras: accionistas con más del 5 % del capital, directores, gerentes, síndicos y familiares cercanos deberán firmar una declaración jurada con el compromiso expreso de no realizar operaciones en divisas financieras por el plazo establecido. Así, al comprar dólares, la persona automáticamente queda “bloqueada” para operaciones bursátiles en moneda extranjera durante tres meses.
La justificación oficial apunta a frenar maniobras especulativas que utilizan el acceso al dólar oficial como “puente” hacia los mercados financieros, generando presión sobre las reservas del Banco Central. Pero la medida también puede generar inquietud entre quienes operan en los diferentes mercados cambiarios y financieros, pues limita la fluidez para mover capitales y reduce la capacidad de arbitraje en momentos de volatilidad.