La escena política se sacudió con un nuevo capítulo de tensión. Patricia Bullrich apuntó con dureza contra José Luis Espert y lo instó a reaparecer en los medios para dar explicaciones claras y contundentes sobre su relación con Fred Machado, empresario acusado de estar vinculado a maniobras ligadas al narcotráfico.
Con un mensaje tajante, la ministra de Seguridad y referente de La Libertad Avanza advirtió que el silencio del diputado genera dudas y debilita la confianza de los votantes. “José Luis tiene que volver y estar claro. Punto”, lanzó, dejando en evidencia la presión interna que enfrenta el espacio liberal en plena campaña.
Del otro lado, Espert reaccionó intentando bajarle el tono al escándalo. Aseguró que las acusaciones en su contra forman parte de una campaña de difamación y reconoció un contacto con Machado años atrás, cuando le habría prestado un avión. Sin embargo, negó cualquier vínculo con operaciones financieras irregulares y trató de despegarse de las sospechas que lo rodean.
El choque deja al descubierto una grieta en la estrategia electoral: mientras Bullrich busca marcar autoridad y blindar su imagen con un mensaje de transparencia, Espert opta por minimizar la polémica y desviar la atención hacia otros temas.
En un clima político cada vez más caldeado, el interrogante es inevitable: ¿se animará Espert a enfrentar los micrófonos y dar explicaciones concretas, o el silencio seguirá siendo un arma de doble filo que alimenta las sospechas y enciende la interna liberal?