¡CAOS EN EL AMBA! UN DILUVIO HISTÓRICO PARALIZÓ LA CIUDAD Y DEJÓ BARRIOS BAJO AGUA

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El Área Metropolitana de Buenos Aires amaneció convertida en un verdadero escenario de desastre. Más de 100 milímetros de lluvia cayeron en pocas horas y desataron un caos total: calles anegadas, autos flotando, vecinos atrapados y miles de usuarios sin luz. Fue una madrugada que quedará en la memoria de todos los porteños y bonaerenses.

Desde las primeras horas del sábado, la lluvia no dio tregua. En algunos barrios del norte y del oeste de la Ciudad, como Villa Devoto y Villa Urquiza, los registros superaron los 150 milímetros. Las imágenes son impactantes: avenidas convertidas en ríos, colectivos varados, y vecinos intentando rescatar pertenencias mientras el agua les llegaba hasta las rodillas.

En distintos puntos del conurbano la situación fue desesperante. En Liniers, Saavedra, Lugano y Morón, el agua avanzó sobre las viviendas y dejó a decenas de familias aisladas. En la General Paz, el tránsito quedó completamente detenido, con autos que no lograron escapar del agua. Algunos conductores pasaron horas atrapados dentro de sus vehículos, esperando ser rescatados por equipos de emergencia.

El diluvio provocó un colapso eléctrico sin precedentes. Miles de usuarios quedaron sin suministro de energía, algunos desde la medianoche. En medio del apagón, solo las sirenas de bomberos y ambulancias rompían el silencio. Las cuadrillas trabajaban sin descanso, pero la magnitud del temporal superó cualquier previsión.

Mientras tanto, los desagües colapsaban uno tras otro. El agua no encontraba salida y los sumideros desbordaban, transformando las calles en verdaderos canales. Los vecinos, con baldes y escobas, intentaban inútilmente frenar la entrada del agua en sus casas. “Es un desastre, todo se inundó en minutos”, relató una mujer que perdió gran parte de sus muebles.

Las autoridades desplegaron un operativo de emergencia con camiones, bombas y personal de Defensa Civil, pero la lluvia seguía cayendo con fuerza. Se pidió a la población no salir de sus hogares y evitar circular, ya que las calles estaban completamente cubiertas de agua y muchos cables eléctricos caídos representaban un peligro.

El impacto fue devastador. Escuelas y comercios anegados, autos dañados, viviendas destruidas y barrios enteros sumergidos. Los teléfonos de emergencia no daban abasto. En redes sociales, los videos del diluvio se viralizaron en cuestión de minutos, mostrando el drama en cada esquina del AMBA.

Hacia el mediodía, las precipitaciones comenzaron a ceder lentamente, pero el panorama seguía siendo desolador. Toneladas de agua permanecían estancadas y el barro cubría las calles. Los vecinos, agotados, miraban el cielo con temor, esperando que no vuelva a llover.

Este nuevo desastre vuelve a poner en evidencia las falencias estructurales que azotan a la región: obras inconclusas, desagües saturados y falta de mantenimiento. Cada tormenta fuerte se convierte en una pesadilla para miles de personas que, una y otra vez, deben reconstruir lo poco que les queda.

El diluvio del sábado será recordado como uno de los más intensos de los últimos años. Una noche de furia que dejó al AMBA bajo agua, con la ciudad paralizada y un grito que se repite en cada barrio: “¿Hasta cuándo vamos a vivir así?”

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