Científicos del CONICET y la Fundación Instituto Leloir lograron un avance histórico: desarrollaron un virus capaz de atacar y eliminar las células más resistentes del cáncer colorrectal. El experimento, probado en animales, mostró una fuerte reducción de metástasis. Esperanza, precisión y una dosis de ciencia nacional que vuelve a brillar pese al abandono estatal.
En un país donde la ciencia pelea por sobrevivir, un grupo de investigadores argentinos volvió a demostrar que el talento puede más que la falta de recursos. En laboratorios del CONICET y la Fundación Instituto Leloir nació AR2015, un virus diseñado para reconocer y destruir las células más resistentes del cáncer colorrectal, una de las formas más agresivas de esta enfermedad.
El estudio, publicado en la revista Molecular Therapy: Oncology, mostró resultados esperanzadores: el virus logró reducir las metástasis en el hígado en modelos animales, algo que los tratamientos tradicionales no consiguen con facilidad.
La innovación está en un “promotor híbrido”, una especie de llave genética que permite al virus identificar distintos tipos de células cancerosas sin dañar tejidos sanos.
“El virus detecta genes que solo están presentes en las células tumorales, por eso puede atacarlas con precisión y dejar intactas las células normales”, explicó Osvaldo Podhajcer, uno de los líderes del proyecto.
Los científicos comprobaron además que AR2015 potencia los efectos de la quimioterapia y podría usarse en tratamientos personalizados, adaptados a cada paciente. El siguiente paso será realizar pruebas en humanos para confirmar su seguridad y eficacia.
En un contexto donde los recortes al sistema científico son cada vez más profundos, este avance es una señal poderosa: cuando se apuesta por la investigación, se salvan vidas.
La ciencia argentina, una vez más, demuestra que puede estar a la altura de los grandes centros del mundo, incluso con recursos limitados.
