Santilli aterriza en Santiago: maniobras, presiones y el desesperado manotazo del Gobierno para no naufragar en el Congreso

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En un clima de tensión que el Gobierno intenta maquillar sin éxito, Diego Santilli llegará hoy a las 11 a la Casa de Gobierno de Santiago del Estero para reunirse con Gerardo Zamora y su sucesor, Elías Suárez. No es una visita de cortesía: es una operación quirúrgica del oficialismo para intentar torcer voluntades en un Congreso que se le escurre entre los dedos.

Zamora, futuro senador y dueño de tres bancas clave en la Cámara alta —además de siete diputados alineados, por ahora, con el kirchnerismo— se convirtió en el botín político que la Rosada necesita para no ver morir sus reformas antes de nacer. Milei y Santilli sueñan con que el santiagueño rompa con Cristina Kirchner y les regale la primera minoría. Pero el mandatario provincial llega fortalecido: ayer reunió a los gobernadores del Norte Grande, exigió más fondos y exhibió músculo político justo cuando la Casa Rosada castiga a quienes no se alinean.

Mientras tanto, en Santiago del Estero, La Libertad Avanza no llegó ni al 14%. Una señal clara de que la visita de Santilli no es un gesto institucional: es una misión desesperada. Y en el entorno de Zamora ya avisan que el ministro llega “con las manos vacías”. Si el gobernador decide romper o no será, una vez más, una decisión basada en promesas… el problema para el Gobierno es que ya no le creen ni las que firma.

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