El Gobierno suma otra firma para su plan de bajar retenciones al petróleo. Esta tarde, Luis Caputo recibirá a los gobernadores de Neuquén y Santa Cruz para cerrar el mismo acuerdo que ya firmó Chubut. Lo presentan como una medida “para impulsar exportaciones”, pero en realidad muestra la urgencia y la falta de rumbo económico del oficialismo.
Con estas adhesiones ya son tres las provincias alineadas, aunque siguen sin sumarse Mendoza, Río Negro y Tierra del Fuego. El Ministerio de Economía, consultado sobre esos faltantes, prefirió el silencio. Una señal más de desorden en un plan que avanza a los golpes.
El pacto repite la fórmula conocida: Nación baja retenciones, provincias ajustan regalías y las petroleras prometen mantener inversiones. Promesas fáciles en un país que se hunde en inflación, caída del consumo y una economía frenada.
Desde Chubut celebran la medida como “histórica”, asegurando que traerá más producción y empleo. Pero el beneficio real parece quedarse siempre en el mismo lado: las grandes empresas. La gente, otra vez, queda fuera de la foto.
Mientras el BCRA enfrenta dudas por un pago clave de deuda y la economía no encuentra equilibrio, el Gobierno insiste en mostrar estos acuerdos como soluciones. Pero detrás del tono triunfalista, lo que aparece es lo de siempre: privilegios arriba y más incertidumbre para el resto del país.
