El centro de La Plata volvió a vivir una escena de tensión extrema. A plena luz del día, en la diagonal 80, vecinos y transeúntes atraparon a un joven acusado de intentar robarle la silla de ruedas a un hombre. El hecho expuso, una vez más, la falta de control y la ausencia del Estado en las calles.
La víctima pidió ayuda a los gritos. Varios peatones reaccionaron de inmediato y comenzaron a correr al sospechoso. La persecución avanzó entre comercios y autos hasta que lograron alcanzarlo. Lo tiraron al suelo y, en medio del forcejeo, parte de su ropa terminó arrancada. La tensión creció rápido y el clima se volvió cada vez más violento.
Algunos presentes pidieron calma. Decían que no correspondía golpearlo sin pruebas claras. Otros respondían que la Justicia nunca actúa a tiempo y que, si no intervenían ellos, “el pibe se escapaba como siempre”.
Minutos después llegó la Patrulla Municipal junto con la Policía Bonaerense. Separaron a las personas y demoraron al joven para identificarlo. Ahora, las autoridades revisarán cámaras y tomarán declaraciones para reconstruir lo ocurrido.
El episodio no fue el único hecho grave del día en la ciudad. En Villa Elvira, una joven de 26 años atacó a una mujer para exigirle dinero y le arrojó una piedra en la cabeza. Luego entró a una verdulería y rompió todo con un ladrillo en la mano. La situación dejó a los vecinos en shock y sumó más preocupación a un clima ya cargado de miedo e incertidumbre.
La Plata vuelve a mostrar un escenario conocido: violencia, caos y una gestión que llega siempre tarde.