Milei viajó y Abdala quedó a cargo del país: crece la polémica

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En un nuevo capítulo de improvisación y descontrol institucional, el Gobierno volvió a quedar en evidencia: mientras Javier Milei se sube a un avión rumbo a Noruega y Victoria Villarruel pasea su agenda internacional por España, el Poder Ejecutivo quedó en manos de un senador de segundo orden, sin respaldo popular y sin preparación para semejante responsabilidad.

Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado y hombre de confianza del oficialismo, fue quien quedó momentáneamente a cargo del país, amparado en la Ley de Acefalía, una norma pensada para situaciones de emergencia, pero que hoy se usa para tapar el vacío de poder que genera un Gobierno más preocupado por la foto en el exterior que por la crisis que sufren millones de argentinos.

La escena es alarmante: un presidente de viaje por premios internacionales, una vicepresidenta ocupada en foros europeos y la Argentina librada a la deriva, en medio de ajustes, inflación, recortes y una creciente conflictividad social.

Desde San Luis impulsan el relato de “hecho histórico”, pero en la práctica lo que se vive es otra muestra de desorganización, falta de planificación y desprecio por los problemas reales del país.

Mientras Milei vuela a Oslo para participar de ceremonias y Villarruel busca protagonismo en Madrid, la Argentina queda en piloto automático, sin rumbo claro, sin liderazgo y con decisiones clave en manos de funcionarios que nadie votó para gobernar.

Una vez más, el Gobierno demuestra que la prioridad no es la gente, sino la propaganda, los viajes y la agenda internacional, mientras en casa todo sigue empeorando.

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