Muerte sospechosa en Baradero: murió un joven

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Un caso que sacude a Baradero y que el Gobierno local intenta desactivar como puede. Didier Podestá Deleglise, un joven de apenas 23 años, murió en circunstancias tan turbias como inexplicadas, después de fugarse del hospital, regresar en un patrullero y terminar falleciendo con el rostro —según su familia— totalmente destrozado.

Todo empezó a las 6:40 de la mañana, cuando la policía respondió a un llamado por un “hombre exaltado”. Lo llevaron al Hospital Lino Piñeiro por una supuesta intoxicación. Pero el joven escapó. Minutos después reapareció, esta vez escoltado por la policía. Ya no volvió a salir: cerca de las 20, murió.

La fiscalía abrió una causa por “averiguación de muerte”, mientras el municipio asegura que “no hay indicios de una golpiza” y desliza que pudo haberse caído solo. Pero las imágenes que vio la familia cuentan otra historia: “La cara parecía Frankenstein”, denunció su hermana. Órbitas violetas, pómulos hundidos, y un cuerpo que —dicen— no les dejaron ver.

Vecinos aportaron videos y testimonios, mientras el hermetismo oficial crece. La Justicia espera la autopsia, pero la familia acusa: “Quieren instalar que se drogó y se cayó. No fue así. Lo mataron a golpes”.

Didier, padre de dos nenas, murió tras dos paros cardíacos. Hoy Baradero exige respuestas que nadie del gobierno local parece dispuesto a dar.

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