Francisco Sánchez Gamino fue apartado tras aparecer en el video junto al presidente de San Lorenzo, acusado de recibir una coima.
El Gobierno nacional despidió a Francisco Carlos Sánchez Gamino, funcionario de la Jefatura de Gabinete, luego de que se lo identificara en un video donde el presidente de San Lorenzo, Marcelo Moretti, recibe un fajo de dólares, presuntamente como soborno por el fichaje de un jugador juvenil. El hecho desató un escándalo que va más allá del fútbol y generó movimientos políticos inmediatos dentro del oficialismo.
¿Quién es el funcionario involucrado en el video de Moretti?
Sánchez Gamino ocupaba el cargo de director de Estudios para el Desarrollo Nacional, dentro de la Subsecretaría de Asuntos Estratégicos, que responde directamente a la Jefatura de Gabinete. Aunque su rol era de bajo perfil, su presencia en un video de alto impacto mediático lo convirtió rápidamente en una figura incómoda para el Gobierno.
El Gobierno de Milei busca evitar escándalos de corrupción
La desvinculación exprés del funcionario no fue casual. Se ejecutó durante la madrugada, pocas horas después de la difusión del material en Canal 9. Desde el entorno de la Jefatura, afirmaron que Sánchez Gamino había sido recomendado en 2024 y que no existía conocimiento sobre sus actividades privadas en el club de Boedo.
Este tipo de reacciones rápidas son parte de una estrategia más amplia del oficialismo: evitar que casos de corrupción afecten la imagen del presidente Javier Milei, que construyó su discurso en base a la lucha contra la “casta” y la transparencia en la gestión pública.
Designaciones sin control: el riesgo de gobernar con outsiders
El caso pone en evidencia las debilidades estructurales del Gobierno libertario a la hora de designar funcionarios sin trayectoria en la administración pública. La falta de filtros para cargos intermedios expone al oficialismo a escándalos evitables, que pueden erosionar su capital político.
La necesidad de consolidar una imagen de orden y eficiencia, en medio de una crisis económica y fuerte tensión social, obliga a Milei a actuar con reflejos veloces. Sin embargo, este tipo de episodios también muestran las limitaciones de un gabinete fragmentado y con poco control interno.
Conclusión: ¿Blindaje o improvisación?
La expulsión de Sánchez Gamino sirve como movida táctica para desactivar el escándalo, pero también desnuda la fragilidad de un gobierno que apuesta al gesto, aunque a veces tarde en detectar el problema de fondo. Con un viaje al Vaticano en agenda y un frente económico sensible, el presidente necesita mantener su relato libre de manchas. Pero los errores de gestión también son parte del poder, y hoy empiezan a pasarle factura.