Las partidas para universidades caen 32 % real frente a 2023. La inversión por estudiante retrocedió a niveles de 2005 y los salarios docentes perforaron el piso de 2002. El oficialismo demora la ley de financiamiento mientras crece el conflicto en las aulas.

Las cifras son lapidarias: el gasto universitario bajará de 0,72 % a 0,43 % del PBI en un solo año 📉. Entre enero y mayo las transferencias a las casas de estudio se hundieron 22,5 % en términos reales y la inversión en infraestructura quedó casi en cero. El decreto 425/25 sumó fondos extra, pero apenas maquilla el recorte: aun con esa “ampliación”, el crédito vigente es 9 % menor al de 2024 y 32 % inferior al de 2023.
🔍 En números finos:
- $2,1 millones por estudiante: la cifra más baja desde 2005, 53 % por debajo del promedio 2010‑23.
- –28 % real en los salarios docentes desde la asunción de Javier Milei (‑45 % frente a 2015).
- 87 % de desplome en los fondos de ciencia y tecnología dentro de las universidades.
El ajuste ya se siente en las aulas: pérdida de alumnos, profesores que renuncian y becas Progresar licuadas 43 % respecto de 2023. Mientras tanto, Diputados citará para el 8 de julio a las comisiones de Educación y Presupuesto para debatir siete proyectos de financiamiento; el Ejecutivo agita el fantasma del veto 💥.
Frente al ahogo, rectores, gremios y centros de estudiantes sostienen clases públicas, paros y festivales reclamando un presupuesto que garantice educación superior gratuita y de calidad 🏛️. Sin recursos frescos, advierten, el segundo semestre corre riesgo de naufragar.