Mar del Plata vivió una escena insólita y preocupante: barrios enteros sin gas, clases suspendidas, comercios cerrados y actividad industrial paralizada. Lo que parecía una postal del invierno terminó revelando un problema estructural: la incapacidad del Estado para garantizar el suministro energético ante una ola de frío.
El corte generalizado comenzó el miércoles por la tarde y se extendió durante el jueves. La caída de presión en el sistema obligó a interrumpir el servicio en zonas residenciales, estaciones de GNC, industrias, centros deportivos y gastronómicos. En palabras del intendente Guillermo Montenegro, “Mar del Plata volvió a la cuarentena, pero por frío”.
🔍 ¿Qué pasó y por qué?
La explicación técnica es clara: hubo un pico de consumo por la ola polar y no alcanzó el gas disponible en el sistema. Los medidores domiciliarios, al detectar baja presión, se desconectan automáticamente por seguridad, dejando a los usuarios sin calefacción ni agua caliente.
Pero detrás de ese problema técnico se esconde una crisis de planificación energética. En lugar de responder con previsión y obra pública, el gobierno nacional eligió cortar el suministro a industrias, estaciones de servicio y hasta viviendas, priorizando solo a hospitales y algunos hogares residenciales.
📉 Análisis económico: el invierno como límite del modelo
Desde hace años, el sistema energético argentino funciona al borde de su capacidad. La red de gasoductos no creció al ritmo del consumo, y las inversiones quedaron estancadas o fueron postergadas por decisiones políticas.
La licitación tardía del Gasoducto Néstor Kirchner, la falta de infraestructura para almacenar gas y la caída en los contratos de importación son factores que explican el cuello de botella que hoy sufre la población.
A esto se suma la política económica del gobierno de Javier Milei: un ajuste fiscal que incluye recortes en infraestructura, eliminación de subsidios y nulo margen para importar energía de forma preventiva. El resultado es claro: frente a una emergencia climática, el sistema colapsa.
🏛️ Análisis político: ¿quién se hace cargo?
Mientras Mar del Plata congelaba —literalmente— sus actividades, el Gobierno nacional buscó desligarse de responsabilidades, apelando a un comunicado genérico de la Secretaría de Energía que habló de “temperaturas extremas” y “medidas extraordinarias”.
Pero la realidad es que la planificación energética es competencia del Estado nacional. El propio ENARGAS reconoció que la demanda de gas superaría los 100 millones de m³ diarios, un 25% más que el año pasado. La pregunta inevitable es: ¿cómo no se previó este escenario?
Además, el recorte de fondos al sector energético, la falta de diálogo con provincias productoras y distribuidoras, y la reducción de personal técnico especializado en organismos como ENARGAS o CAMMESA, debilitan aún más la capacidad de respuesta estatal.
📌 En resumen:
- Mar del Plata se quedó sin gas por falta de presión en el sistema.
- Se suspendieron clases, industrias, comercios y servicios básicos.
- El Gobierno priorizó el ajuste fiscal por encima de la inversión energética.
- No hay certeza sobre cuándo se restablecerá completamente el servicio.
Este episodio no es un hecho aislado, sino una advertencia de lo que puede pasar en otras ciudades del país si no se toman medidas urgentes. En un contexto de ola polar, crisis económica y desinversión estatal, el gas se volvió un lujo. Y en la Argentina del ajuste, hasta calentar un aula parece ser un privilegio.