Donald Trump desmintió públicamente al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al asegurar que la hambruna en Gaza es real. “Lo he visto. Es hambruna de verdad, y no puedes fingir eso”, afirmó el expresidente estadounidense durante una entrevista, donde describió como alarmantes las imágenes de niños desnutridos que circulan desde hace semanas. Sus declaraciones representan una ruptura en la narrativa oficial de Israel, que insiste en negar la crisis humanitaria en el enclave palestino y en responsabilizar a Hamás por la situación.
Trump anunció que Estados Unidos establecerá centros de distribución de alimentos “sin barreras” en Gaza, en coordinación con aliados europeos. Aunque no brindó detalles concretos sobre cómo se implementará la medida, la iniciativa fue presentada como una respuesta directa a la emergencia alimentaria. Según datos de Naciones Unidas, al menos 147 personas murieron por inanición en Gaza en los últimos meses, de las cuales 88 eran niños, mientras casi medio millón de personas se encuentran en condiciones similares a la hambruna.
La postura del exmandatario se diferencia abiertamente de la de Netanyahu, quien calificó de “mentira descarada” las denuncias sobre el hambre en Gaza y acusó a Hamás de manipular la información y desviar la ayuda humanitaria. Sin embargo, el prolongado bloqueo impuesto por Israel desde marzo ha restringido drásticamente el ingreso de alimentos, agua y medicamentos al territorio, lo que ha sido señalado por organismos internacionales como un factor clave en el deterioro de las condiciones de vida de la población civil.
Aunque Trump evitó una condena directa al gobierno israelí, admitió que Israel tiene “mucha responsabilidad” por la falta de acceso a la ayuda, y sugirió que “deberían manejarlo de otra manera”. Sus declaraciones se dan en un contexto de creciente presión internacional para habilitar corredores humanitarios seguros. La ONU y diversas organizaciones humanitarias acusan a Israel de utilizar el hambre como arma de guerra, mientras rechazan los lanzamientos de ayuda aérea como “una distracción frente a la inacción”.
La denuncia de Trump no sólo expone la gravedad de la catástrofe humanitaria en Gaza, sino que también marca un giro en el discurso del principal aliado de Israel. Al reconocer públicamente lo que otros líderes callan, el expresidente deja en evidencia las consecuencias devastadoras del cerco israelí y coloca el foco en la urgencia de actuar. Mientras tanto, miles de familias palestinas siguen esperando una respuesta concreta que detenga el sufrimiento al que son sometidas desde hace meses.