En un giro inesperado que sorprendió a todos, Marcos Rojo puso fin a su vínculo con Boca Juniors y se convirtió en jugador libre para sumarse a otro club grande del fútbol argentino: Racing.
El defensor, relegado del plantel por problemas disciplinarios y distanciado con sus compañeros, decidió rescindir los últimos meses de su contrato para buscar una nueva oportunidad. Racing, con el aval del técnico Gustavo Costas, movió rápido para incorporar a un jugador con la experiencia y el peso que necesita en la recta final de la Copa Libertadores y el torneo local.
Con la firma ya prácticamente confirmada, Rojo comienza una etapa nueva y decisiva en su carrera, mientras Boca se queda con la polémica y sin un jugador que prometía mucho, pero que terminó envuelto en conflictos internos.
Este adiós explosivo no solo cambia el panorama en La Ribera, sino que reconfigura la lucha entre los grandes en Argentina, marcando un antes y un después en el mercado de pases.