En plena Plaza Congreso, en medio de una masiva protesta por jubilaciones dignas, efectivos de la Ciudad detuvieron “al voleo” a dos mujeres —posiblemente trabajadoras de prensa— sin que mediara resistencia aparente. La tensión está a flor de piel tras el veto presidencial al aumento jubilatorio, mientras los jubilados vuelven a alzar la voz.
La convocatoria de este miércoles frente al Congreso reunió a decenas de jubilados y militantes sociales, en un marco cargado por el reciente rechazo presidencial al aumento del 7 % en los haberes. En ese ambiente de expectación y reclamo, la policía concretó la detención de dos mujeres, quienes serían periodistas o comunicadoras captadas “al voleo” por las cámaras, sin vínculo aparente con incidentes o violencia.
La escena capturada —donde las detenciones se efectuaron de manera abrupta— generó críticas inmediatas por parte de organizaciones sociales y sindicatos, que denunciaron una maniobra intimidatoria. El operativo policial llega apenas una semana después de la violenta represión que terminó con heridos, gases y hydrantes contra los manifestantes, dejando a la opinión pública en alerta ante posibles nuevos excesos.
El contexto es cada vez más hostil: jubilados que aseguran que “no comen” arrancaron la protesta con lágrimas, mientras el despliegue policial se vuelve habitual. La represión anterior fue brutal, con camiones hidrantes, gases y hasta vehículos policiales incendiados; ahora, la simple detención de personas aparentemente al margen de la protesta —como comunicadoras— tensó aún más los ánimos, y volvió a encender el debate sobre la libertad de prensa y el derecho a informar sin temor.