La mañana en el barrio porteño de Flores se transformó en una verdadera pesadilla cuando un tren de la línea Sarmiento embistió de lleno a un taxi que intentó cruzar con la barrera baja. El violento impacto destrozó la trompa del vehículo y lo arrastró varios metros, generando escenas de desesperación entre los vecinos y pasajeros que presenciaron la maniobra imprudente.
El taxi, un Fiat Cronos amarillo y negro, quedó prácticamente destruido tras la embestida. Sin embargo, lo que más sorprendió a todos no fue el accidente en sí, sino lo que ocurrió después: tanto el conductor como su pasajero descendieron del auto y escaparon en distintas direcciones. El chofer, que parecía ileso, corrió por las vías en dirección a Once, mientras que el pasajero, en un gesto que dejó a todos atónitos, cruzó la calle, tomó otro taxi y desapareció como si nada hubiera pasado.
Bomberos y personal de seguridad llegaron rápidamente al lugar para liberar las vías y asegurar la zona. El tránsito quedó interrumpido y el servicio del tren sufrió demoras, lo que generó un verdadero caos en el comienzo de la jornada.
A pesar de la magnitud del accidente y del poder del impacto, no se registraron heridos. Para muchos, fue un verdadero milagro que la imprudencia no terminara en tragedia. La escena, cargada de dramatismo y con un final tan inesperado como insólito, quedará en la memoria de los vecinos: un taxi destrozado, un tren detenido y dos hombres que, como en una película, eligieron escapar antes de enfrentar las consecuencias.