Un informe de uno de los principales bancos de Wall Street encendió todas las alertas: lo que haga Javier Milei el lunes posterior a las elecciones será más determinante para el futuro de la economía argentina que el propio resultado electoral.
Según el análisis de Citi Bank, la Argentina enfrenta su crisis más profunda en años, no sólo por los desequilibrios fiscales o la falta de dólares, sino por un problema mucho más grave: la pérdida de confianza. Los mercados, advierten, ya no miran tanto quién gana, sino qué señales se dan después.
El banco destaca que, aunque el Gobierno logró avances iniciales —superávit primario y una desaceleración de la inflación—, la acumulación de reservas sigue siendo insuficiente y la incertidumbre política amenaza con frenar cualquier recuperación.
“El lunes será un punto de inflexión”, señalan los analistas. Si el oficialismo no logra mostrar cohesión, estabilidad y un rumbo claro, el optimismo que había logrado construir Milei podría desvanecerse en cuestión de horas.
Entre los principales riesgos, el informe menciona la debilidad del Banco Central, las dudas sobre la política cambiaria y la falta de consensos dentro del oficialismo. A eso se suma un contexto global que exige señales claras y rápidas para no perder la confianza de los inversores.
Sin embargo, el panorama no es del todo sombrío. Argentina todavía tiene una oportunidad para aprovechar su potencial en energía, alimentos y minería, y un posible apoyo internacional que podría servir de ancla para estabilizar la situación.
En definitiva, mientras el país se prepara para una jornada electoral decisiva, el verdadero examen llegará el lunes. Todo dependerá de cómo actúe Milei en esas primeras horas críticas: si logra transmitir orden y previsibilidad, la economía podría sostener el rumbo. Si no, el país podría volver a caer en un espiral de desconfianza y volatilidad.