En pleno avance de una intensa campaña aérea rusa que incluyó cerca de 400 drones y 18 misiles, Estados Unidos y Alemania anunciaron cambios clave en su política de ayuda militar a Ucrania.
Durante la última semana, Rusia lanzó bombardeos récord contra Ucrania —el viernes unos 550 ataques aéreos— y el miércoles otro impulso de 741 drones y misiles, muchos contra la capital Kiev. Este jueves se reportaron 397 drones junto a misiles balísticos e interceptores, de los cuales Ucrania logró neutralizar casi el total.
El presidente Donald Trump anunció el lunes 7 de julio que “vamos a enviar más armas”, al retomar envíos militares que habían sido pausados recientemente. Por su parte, Alemania también se encuentra en “el umbral” de un cambio en su política de asistencia.
Ucrania aprovechó estos giros para intensificar gestiones: el presidente Zelenskyy ordenó el martes intensificar contactos con Washington “para acelerar la asistencia”. A su vez, Estados Unidos y Rusia mantuvieron un diálogo entre Rubio y Lavrov en un encuentro en ASEAN, abriendo espacios para una posible solución diplomática.
El endurecimiento de los ataques rusos, con bombardeos sucesivos y uso masivo de drones, presiona a Ucrania y sus defensas. Ante el escenario, EE.UU. y Alemania parecen reconocer la urgencia y podrían desencadenar una escalada favorable para reforzar el frente ucraniano, mientras persiste la búsqueda de una salida diplomática.