La cantante británica falleció en 2011 a los 27 años, pero su talento, intensidad emocional y estilo siguen influyendo a millones. Su legado no se apaga.

¿Por qué sigue siendo tan influyente?
Amy Winehouse fue mucho más que una voz prodigiosa. Con apenas dos discos en vida, redefinió el soul contemporáneo con una potencia vocal cruda, honesta y cargada de sentimiento. Su estilo, a medio camino entre el jazz clásico y el R&B moderno, sigue conquistando nuevas generaciones. A 14 años de su muerte, aún suma 19 millones de oyentes mensuales en Spotify y es una de las artistas más escuchadas del mundo.
¿Cómo fue su breve pero intensa carrera?
Debutó en 2003 con Frank, un disco que vendió 5 millones de copias. Pero fue Back To Black (2007) el que la catapultó a la fama global. Con letras autobiográficas y desgarradoras, y el himno Rehab como estandarte, ganó cinco premios Grammy en una misma noche y se consagró como la “diva del soul”.
¿Qué marcó su caída?
La relación con Blake Fielder-Civil, el abuso de alcohol y las presiones del éxito derivaron en un colapso emocional. Amy se alejó de los escenarios, sufrió bloqueos creativos y finalmente murió por intoxicación etílica el 23 de julio de 2011, en Camden Town, Londres. Su muerte la integró al trágico “Club de los 27”, junto a Jimi Hendrix y Janis Joplin.
¿Cómo se recuerda hoy a Amy?
Con respeto y admiración. Su disco póstumo Lioness: Hidden Treasures recopiló grabaciones inéditas como homenaje, mientras sus letras siguen siendo espejo emocional para fans de todo el mundo. Su historia también dejó huella en campañas contra las adicciones, y Back To Black, con más de 1.354 millones de reproducciones, sigue siendo un testamento artístico imborrable.