Apple anunció una inversión récord de 100.000 millones de dólares en Estados Unidos como parte de un nuevo programa de relocalización industrial impulsado por la administración de Donald Trump. El objetivo de la medida, que será presentada oficialmente este miércoles por el presidente, es fortalecer la producción nacional, reducir la dependencia de China y blindar la cadena de suministro estadounidense ante las nuevas tensiones comerciales globales. La iniciativa también busca posicionar a Apple como modelo para otras firmas tecnológicas en el marco del plan “America First”.
El anuncio incluye el lanzamiento del Programa de Fabricación Estadounidense, con el que Apple devolverá parte de su producción al país. Según la Casa Blanca, el acuerdo eleva el total de inversiones de la compañía a 600.000 millones de dólares este año. “La agenda económica del presidente Trump ha asegurado billones en inversiones que fortalecen la seguridad económica y nacional”, afirmó el portavoz oficial Taylor Rogers. Sin embargo, la decisión también responde a una presión directa: los aranceles impuestos por Trump le costaron a Apple 800 millones de dólares solo en el segundo trimestre del año, y se espera que el impacto suba a 1.100 millones en el próximo período.
En los últimos meses, Apple había apostado por diversificar su producción en Asia: trasladó parte de la fabricación de iPhones a India y de otros productos como Mac y Apple Watch a Vietnam. Pero ambos países se vieron alcanzados por la política arancelaria de Washington. India fue sancionada por mantener la compra de petróleo ruso, mientras que Vietnam fue apuntado por servir como vía indirecta de producción china. En mayo, Trump amenazó a Apple con un arancel del 25% si no trasladaba la producción a EE.UU. y, semanas después, impuso cargas del 50% a India y del 20% a Vietnam.
En la última presentación de resultados, el CEO Tim Cook ya había anticipado una ofensiva de inversiones locales. Apple abrirá en agosto una Academia de Manufactura en Detroit, y prevé destinar 500.000 millones de dólares en los próximos cuatro años al desarrollo de inteligencia artificial y producción doméstica. En febrero ya había confirmado la construcción de una planta de servidores en Texas, junto con 20.000 nuevos empleos en investigación y desarrollo.
La estrategia de Apple se da en sintonía con otros gigantes tecnológicos. En las últimas semanas, Google, Meta y Amazon también anunciaron inversiones por 92.000 millones de dólares para reconvertir una cuenca industrial en Pensilvania en un nuevo polo de innovación. Para Trump, estas inversiones son presentadas como una victoria de su proyecto de reindustrialización y parte clave de su narrativa electoral. En este contexto, Apple busca no quedarse atrás, sobre todo en el competitivo mercado de la inteligencia artificial, donde ya anticipa nuevas adquisiciones para acelerar su posicionamiento.
Se espera que en las próximas semanas la administración de Trump anuncie nuevos aranceles dirigidos específicamente a productos que utilicen microchips y semiconductores, sectores en los que China mantiene una influencia clave. Apple, una de las principales usuarias de estos componentes, busca adelantarse al impacto y consolidar su vínculo con el poder político de cara a un escenario internacional cada vez más tenso.