Los pibes de Diego Placente dejaron el alma en Qatar y debutaron con una victoria épica 3 a 2 ante Bélgica en el Mundial Sub-17. Cuando parecía que todo se complicaba, apareció la garra criolla, la camiseta pesada y el fuego sagrado que sólo la celeste y blanca puede encender.
El equipo arrancó con un tanto de Ramiro Tulián, pero los belgas reaccionaron y se pusieron 2-1 arriba con goles de Arthur De Kimpe y Stan Naert. Sin embargo, la historia cambió en los últimos veinte minutos, cuando los chicos argentinos, con el corazón en la mano, dieron vuelta el resultado gracias a Miguel Jainikoski y Filipe Esquivel, que sellaron la hazaña.
En su cuarto torneo internacional del año, Placente demostró que su trabajo da frutos: un equipo con carácter, fútbol y hambre de gloria.
Desde Qatar, los pibes dejaron claro un mensaje al mundo: podrán tener más recursos, pero jamás tendrán más pasión que nosotros.