¿Por qué el Poder Judicial desvía la investigación del intento de magnicidio a CFK? En un nuevo capítulo que refuerza las sospechas sobre el accionar de la justicia argentina, la jueza María Eugenia Capuchetti modificó el nombre del expediente que investigaba al diputado del PRO Gerardo Milman y lo fusionó con otra causa que apunta a la Policía Federal Argentina (PFA). Este movimiento, lejos de esclarecer los hechos, parece destinado a desviar el foco de los responsables políticos y sembrar confusión.
Un cambio de carátula que borra a Milman del expediente
Hasta hace días, el legajo judicial incluía el nombre de Milman como imputado. Ahora, la causa lleva otro título: “Querellante: Fernández de Kirchner Cristina. Denunciado: Suárez, Mariela Rosario y otros s/legajo de investigación”. El diputado, ligado directamente a Patricia Bullrich, desaparece del centro de la escena judicial en un momento clave. ¿Casualidad? Difícil creerlo.
Este cambio llega después de que en el juicio oral por el intento de magnicidio salieran a la luz graves irregularidades en la investigación inicial, como la pérdida de información del celular de Fernando Sabag Montiel. En lugar de avanzar hacia los posibles autores intelectuales, la jueza Capuchetti apuntó repentinamente hacia la PFA y retomó el control de la causa, quitándosela al fiscal Carlos Rívolo sin justificación clara.
¿Por qué ahora la PFA? ¿Qué hay detrás del nuevo enfoque judicial?
El argumento oficial es que se debe investigar por qué Brenda Uliarte —la pareja de Sabag Montiel— no fue detenida por efectivos de la PFA cuando se la cruzaron pocos días después del atentado. Pero este episodio ya había sido esclarecido, e incluso los agentes involucrados fueron sancionados. ¿Por qué volver sobre un hecho menor cuando hay pistas mucho más pesadas que no fueron seguidas con el mismo ímpetu?
Este giro parece funcional a una estrategia de desvío y encubrimiento judicial, favoreciendo a figuras del poder político. El rol de Milman, que fue señalado por un testigo como alguien que conocía el atentado con anticipación, jamás fue investigado con la seriedad que amerita. Los celulares de sus asesoras fueron borrados misteriosamente y la jueza ni siquiera quiso secuestrarlos al momento de sus declaraciones.
Gerardo Milman: de imputado a comentarista privilegiado
El diputado del PRO rompió su silencio con declaraciones sugestivas: “No quiero spoilear a la jueza, pero creo que vamos a tener novedades importantes”. Sus palabras dan a entender que tiene información privilegiada. Además, celebró que Capuchetti haya retomado el control de la causa, fortaleciendo la sospecha de que hay un pacto de impunidad en marcha.
Cabe recordar que Milman había presentado en el Congreso proyectos sobre la custodia de CFK semanas antes del atentado, lo que muchos interpretan como un intento de instalar la hipótesis de un “autoatentado”. Sin embargo, ninguna línea de investigación fue profundizada en su contra.
Un sistema judicial que protege a los poderosos
La actuación de la jueza Capuchetti ha sido duramente cuestionada incluso por el propio fiscal Rívolo, quien denunció su decisión como “arbitraria” y “sin fundamentos”. Esta situación vuelve a poner en evidencia el problema estructural del Poder Judicial argentino: una justicia que no investiga, sino que protege, según a quién se tenga que investigar.
El intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner es uno de los hechos políticos más graves desde el regreso de la democracia. Sin embargo, a más de dos años, la investigación parece más concentrada en desviar la atención que en encontrar a los autores intelectuales. Hoy, los grandes interrogantes siguen vigentes:
- ¿Quién puso el arma en la mano de Sabag Montiel?
- ¿Por qué se protege a Milman?
- ¿Hasta dónde llega la red de encubrimiento político-judicial?