Las empresas de medicina prepaga informaron subas en agosto que rondan el 1,3% a 1,95%, con un promedio del 1,6%, levemente por encima del índice oficial de inflación de junio (1,6%) y del rubro salud (2,2%).Aunque buscan aparentar moderación, estos ajustes siguen sumando presión sobre los afiliados, en especial tras meses de alzas mucho más agresivas.
El incremento responde a la resolución 645/2025 de la Superintendencia de Servicios de Salud, que obliga a las prepagas a ajustar tarifas mensualmente según el IPC y publicar los valores en una plataforma oficial dentro de los cinco días hábiles. Esta “transparencia” promete permitir a los usuarios “entrar, comparar y elegir en libertad”, aunque en la práctica muchos siguen atrapados por condiciones preexistentes o edad avanzada.
En detalle, Swiss Medical aplicará entre 1,3% y 1,9%, OSDE y Galeno 1,93%–1,95%, mientras que Hospital Italiano, Sancor, Federada y Medifé ajustarán un 1,5%–1,75%. Si bien estas cifras representan un alivio comparativo tras picos anteriores, no alcanzan para compensar la brecha acumulada de tarifas de salud que duplican la inflación general en lo que va del año.
La supuesta herramienta de comparación estatal, aunque útil para poner en evidencia diferencias de precios, es insuficiente ante un sistema altamente rígido y caro; los usuarios siguen sin verdaderas alternativas. Lo que se evidencia es que, una vez más, los ajustes prefijados por el Estado sólo disimulan el impacto sobre el bolsillo, sin abordar la verdadera crisis estructural de acceso y financiación en la salud privada.