Fiesta total en La Boca. El Xeneize venció 2-0 al Millonario en un Superclásico cargado de papelitos, cánticos, ironías y hasta la presencia de Dua Lipa. Aseguró su lugar en la Copa Libertadores 2026 y revivió el espíritu de los grandes clásicos. Zeballos fue la figura y Riquelme, desde su palco, disfrutó cada instante.
La tarde en La Boca fue pura emoción. Desde temprano, las tribunas explotaron con cánticos, papelitos y un clima de fiesta que hacía tiempo no se veía. River sufrió la presión de un estadio encendido y Boca lo aprovechó al máximo.
El “Changuito” Zeballos abrió el marcador y Merentiel selló la historia con un segundo gol que desató la locura xeneize. En cada jugada, el público acompañó con el alma y hasta hubo ovación para Paredes, uno de los más queridos.
Desde su palco, Riquelme vivió el partido como un hincha más: mate en mano, sonrisas nerviosas y abrazos al final. Boca festejó con su gente, aseguró la Libertadores y volvió a demostrar que, en su casa, la pasión manda.