La Ciudad de Buenos Aires registró un alza del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 2,1% en junio, marcando un ligero repunte respecto a mayo. En los últimos doce meses, los precios aumentaron 44,5% en la ciudad, una desaceleración de casi 4 puntos interanuales.
Durante junio, el incremento estuvo impulsado principalmente por los rubros de vivienda, agua, electricidad y gas, y transporte —ambos subieron 3,1%—, además de alimentos y bebidas, salud y servicios de restaurantes y hoteles, que en conjunto explican el 74,4% del alza general.
En alimentos y bebidas no alcohólicas se observó una suba de 1,6%; dentro de ese segmento, destacaron carnes (1,8%), pan y cereales (2,4%) y lácteos (1,1%), aunque verduras bajaron 1,4%. Por su parte, los servicios crecieron más que los bienes: los bienes subieron 1,4% y los servicios 2,6% durante el mes.
El dato de junio confirma una tendencia de desaceleración respecto al pico de inflación del año pasado, pero sigue reflejando una presión elevada en costos de vivienda, transporte y servicios básicos. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la inflación mensual se mantendría por debajo del umbral del 2% en lo que resta del año y cerraría 2025 en torno al 27%.
El panorama evidencia una economía que aún no logra domar los precios a pesar de la estabilización del dólar y las tarifas. El impacto se siente con fuerza en los bolsillos porteños: aumentos recurrentes en servicios esenciales y la canasta básica anticipan un camino complejo hacia una recuperación real del poder adquisitivo.