Javier Milei desató este miércoles una verdadera tempestad diplomática durante su paso por Nueva York. Desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU pronunció un discurso incendiario, señalando a dictaduras latinoamericanas, cuestionando la agenda globalista y reclamando la soberanía sobre las Islas Malvinas.
Pero eso fue solo el comienzo. A continuación se reunió en un cara a cara con Kristalina Georgieva, jefa del FMI, donde debatió los detalles del préstamo millonario que el país necesita para afrontar sus vencimientos de deuda. Y por la noche se espera que reciba un galardón del Atlantic Council, entregado por el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent.
Con cada paso, Milei juega fuerte: pone en jaque viejas alianzas, exige financiamiento externo y proyecta la imagen de un líder beligerante ante el mundo. La mirada del planeta está puesta en Argentina: ¿logrará convertir este tour diplomático en un salto de poder?