El Partido Liberal, liderado por el nuevo primer ministro Mark Carney, ganó las elecciones federales en Canadá con el 43,4% de los votos. La jornada estuvo marcada por las tensiones políticas con Estados Unidos, tras las amenazas de anexión y la guerra comercial impulsadas por el presidente Donald Trump. Aún no está claro si los liberales alcanzarán la mayoría absoluta en el Parlamento.
Durante su discurso de victoria en Ottawa, Carney se mostró firme ante sus seguidores: llamó a defender la soberanía canadiense y aseguró que su país no cederá ante presiones externas. También se comprometió a construir “un Canadá fuerte” y subrayó la importancia de un liderazgo sólido frente a los desafíos económicos y geopolíticos.
La victoria llega en un contexto convulsionado: la reciente renuncia de Justin Trudeau, el regreso de Trump a la Casa Blanca, y el salto de Carney —exbanquero sin experiencia política— a la primera línea. Con un enfoque firme, el nuevo líder convocó elecciones anticipadas apenas un mes después de asumir y desafió abiertamente al mandatario estadounidense.
Carney adelantó que en los próximos días mantendrá una reunión con Trump para discutir “el futuro de dos naciones soberanas e independientes”. Además, expresó su intención de reforzar alianzas internacionales, especialmente con Europa, y reafirmó su compromiso con la unidad del país: “Canadá no es solo una nación, es una federación que se esfuerza por ser buena cada día”.