Tras una sesión cargada de tensiones en la Cámara de Diputados, el presidente Javier Milei no se guardó nada. Con un discurso incendiario desde la máxima magistratura, acusó al kirchnerismo de ver en la destrucción económica del país una oportunidad política, un planteo que sacudió los cimientos del Congreso y encendió la polémica a nivel nacional.
Milei advirtió que mientras su gobierno trabaja para recuperar la economía y brindar certezas a los argentinos, sus adversarios parecen apostar al colapso como estrategia para fortalecerse políticamente. “No se trata solo de diferencias: ellos quieren que todo se derrumbe para capitalizar la crisis”, afirmó, con un tono que combinó indignación y advertencia directa.
El presidente pintó un escenario dramático: cada medida económica, cada ley y cada discusión parlamentaria se convierten en un campo de batalla donde el kirchnerismo, según Milei, prioriza sus intereses por encima del bienestar de la población. La frase resonó como un golpe seco: “Ven en la destrucción una gran oportunidad”, enfatizando la gravedad de su señalamiento.
Milei sostuvo que la estrategia de sus adversarios busca frenar las reformas de su gobierno y mantener al país bajo control de estructuras que, según él, actúan en beneficio propio y no de los ciudadanos. Con su estilo directo y polémico, instaló una narrativa que coloca a la economía y la política en un tablero de alto riesgo, donde cada decisión puede ser determinante para el futuro del país.
Para el presidente, las próximas decisiones legislativas no son solo debates parlamentarios: son batallas decisivas entre quienes buscan reconstruir el país y quienes quieren sacar ventaja del caos. Su intervención se transformó en un llamado de atención a legisladores, opositores y ciudadanos, dejando claro que la tensión en Diputados refleja una lucha que trasciende lo parlamentario y toca directamente la vida de los argentinos.