La tensión financiera vuelve a sacudir a la Argentina. En una jornada marcada por la incertidumbre política y económica, los bonos argentinos se hundieron con caídas de hasta un 3% y el riesgo país volvió a dispararse, superando la barrera de los 1.300 puntos básicos.
La reacción de los inversores se sintió con fuerza tras los últimos traspiés del Gobierno en el Congreso y el temor creciente sobre el rumbo económico. El malestar se refleja en la plaza financiera, donde los títulos en dólares no encuentran piso y las dudas sobre la capacidad de pago generan un clima de alarma.
En este escenario, el Banco Central intenta contener la presión cambiaria con intervenciones en el mercado, pero las reservas siguen en niveles críticos. Los analistas advierten que la combinación de fragilidad política, vencimientos de deuda y falta de confianza puede convertirse en un cóctel explosivo.
La Argentina enfrenta así una nueva tormenta financiera que amenaza con profundizar la crisis y deja en vilo a los mercados locales e internacionales, en medio de un panorama donde la única certeza es la incertidumbre.
