Dwayne “The Rock” Johnson, ícono de Hollywood y conocido por sus taquilleros éxitos, acaba de enfrentar el revés más doloroso de su carrera cinematográfica. Su última película, The Smashing Machine, una biografía dramática centrada en la vida del luchador de MMA Mark Kerr, debutó con una recaudación muy por debajo de lo esperado, marcando uno de los peores estrenos de su trayectoria.
A pesar de recibir elogios de la crítica y ovaciones en festivales de cine, la respuesta del público fue mínima. La película quedó relegada frente a otros estrenos comerciales, demostrando que ni la presencia de Johnson ni su esfuerzo físico y emocional lograron atraer a la audiencia masiva.
El actor se sometió a intensos entrenamientos y realizó escenas de lucha con golpes reales, además de una notable transformación física para el papel, pero la apuesta por un drama independiente no logró consolidar el éxito esperado.
Este tropiezo se suma a otros recientes en la carrera de Johnson, y plantea un desafío importante: recuperar su estatus como uno de los actores más rentables de Hollywood y demostrar que sigue siendo imbatible en la taquilla.