La Bombonera, el mítico estadio de Boca Juniors, se convirtió hoy en el epicentro del dolor y la emoción. Miles de fanáticos, con el corazón roto, se acercaron para despedir a Miguel Ángel Russo, el legendario entrenador que marcó una era en el fútbol argentino. En un ambiente cargado de lágrimas, cánticos y recuerdos, el mundo del fútbol le rinde un homenaje inolvidable al hombre que llevó a Boca a la gloria.
Desde las primeras horas de la mañana, una marea azul y oro inundó las inmediaciones del estadio. Hinchas de todas las edades, con camisetas, banderas y fotos de Russo, formaron filas interminables para darle el último adiós. “¡Gracias, Miguel! ¡Eterno en nuestros corazones!”, gritaban entre sollozos, mientras recordaban los títulos y las hazañas que el técnico logró, como la Copa Libertadores de 2007, un hito imborrable en la historia xeneize.
No solo los hinchas de Boca se unieron al duelo. Figuras del fútbol mundial, exjugadores, entrenadores y hasta rivales históricos llegaron para honrar a Russo. Juan Román Riquelme, visiblemente emocionado, expresó: “Miguel no solo fue un técnico, fue un padre para muchos de nosotros. Su legado vivirá por siempre”. Otros clubes, como River Plate y San Lorenzo, enviaron mensajes de condolencias, mostrando que el respeto por Russo trasciende las rivalidades.
Russo, conocido por su humildad y su genio táctico, dejó una huella imborrable en cada equipo que dirigió. Desde sus días en Lanús hasta su paso por clubes de Colombia, Chile y Paraguay, su nombre es sinónimo de pasión y entrega. En la Bombonera, los fanáticos encendieron velas y dejaron ofrendas frente a un altar improvisado con fotos y trofeos. “¡Russo, Russo, Russo!”, resonaba en las tribunas, como si el estadio entero se negara a dejarlo ir.EL ÚLTIMO ADIÓS
El velatorio, abierto al público, permitió que miles de personas desfilaran frente al féretro, cubierto con la bandera de Boca Juniors. La ceremonia, cargada de simbolismo, incluyó un minuto de silencio que estremeció a todos los presentes. “Es como si se hubiera ido un pedazo de nuestra alma”, confesó un hincha entre lágrimas. El sepelio, previsto para esta tarde, promete ser otro momento de unión para el fútbol argentino.
La partida de Miguel Ángel Russo no solo sacude a Boca Juniors, sino a todo el deporte. Su carisma, su lucha incansable y su amor por el fútbol quedarán grabados en la memoria de millones. ¿Quién podrá llenar el vacío que deja este gigante? La Bombonera, hoy más que nunca, late con el recuerdo de un hombre que vivió y murió por la pelota.
¡Descansa en paz, Miguel! El pueblo del fútbol te llora.