El canciller alemán Friedrich Merz visitó Washington para su primera reunión oficial con el presidente estadounidense Donald Trump. La agenda incluyó temas clave como la guerra en Ucrania, el gasto en defensa y las tensiones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos. Merz busca fortalecer la relación bilateral, pero también ha expresado la necesidad de que Europa asuma una mayor autonomía en asuntos de seguridad y defensa.
Durante la reunión, Trump comparó el conflicto entre Rusia y Ucrania con “niños peleando”, sugiriendo que a veces es mejor dejar que los adversarios se enfrenten antes de intervenir. Esta declaración ha sido criticada por líderes europeos, que consideran que trivializa la grave situación humanitaria en Ucrania. Merz, por su parte, enfatizó la importancia de mantener el apoyo a Ucrania y de evitar una “paz dictada” que no respete la soberanía ucraniana.
En el ámbito comercial, Trump reiteró su amenaza de imponer aranceles del 50% a las importaciones de la UE, lo que ha generado preocupación en Berlín. Merz ha advertido que Europa debe prepararse para actuar de forma independiente en defensa y política exterior, dada la imprevisibilidad de la administración Trump. Además, ha propuesto discutir con Francia y el Reino Unido la posibilidad de compartir capacidades nucleares, una idea que hasta ahora había sido rechazada por Alemania.
La visita de Merz a Washington marca un punto de inflexión en las relaciones transatlánticas. Mientras busca equilibrar la cooperación con Estados Unidos, también está impulsando una agenda que refuerza la autonomía europea. El tiempo dirá si este enfoque pragmático logra consolidar una posición más fuerte para Alemania y la UE en el escenario global.