Este miércoles, el dólar volvió a subir fuerte en casi todas sus versiones. Aunque el Gobierno había dicho que quería que baje, la realidad es que el billete verde sigue escalando. Y eso tiene consecuencias concretas para los precios, los salarios y la vida cotidiana.
¿Qué pasó con el dólar?
En el mercado oficial, donde se define el dólar que se usa para el comercio exterior (importaciones y exportaciones), el precio subió 56 pesos en un solo día, y llegó a los 1260 pesos. El dólar que vemos en los bancos –el oficial minorista– se vendió a 1270 pesos.
Al mismo tiempo, los dólares que se mueven fuera del mercado oficial (como el dólar MEP o el “Contado con Liquidación”, que se usan para inversiones o sacar plata del país) también subieron: pasaron los 1160 y 1180 pesos respectivamente. Esas fueron las subas más grandes desde que el gobierno empezó a relajar los controles cambiarios.
¿Por qué importa esto?
Porque cuando el dólar sube, muchas cosas también lo hacen: los alimentos, la ropa, la tecnología y todo lo que tenga partes importadas. Y aunque no todos los productos dependen directamente del dólar, el movimiento del billete verde es una señal para el resto de los precios. Si el dólar va para arriba, los precios suelen seguirlo.
Además, esto demuestra que la “calma cambiaria” que el Gobierno prometía está más en discurso que en la realidad. El propio presidente Milei había dicho que el dólar iba a bajar hasta los 1000 pesos y que el Banco Central no iba a intervenir (es decir, no iba a usar reservas para controlar el precio). Pero con estos aumentos, ese escenario parece cada vez más lejano.
Estados Unidos da su respaldo, pero…
Desde Washington, el secretario del Tesoro de Estados Unidos volvió a respaldar públicamente al Gobierno argentino. Dijo que “Argentina es un buen ejemplo” y que “merece apoyo del FMI”. Este tipo de apoyo suele leerse como una señal positiva en los mercados, porque puede abrir puertas para futuros créditos o acuerdos.
Pero también refuerza la idea de que el plan de Milei está muy alineado con lo que piden los organismos internacionales, aunque eso muchas veces implique más ajuste interno.
¿Qué pasó con las acciones y los bonos?
La bolsa subió fuerte. El índice Merval (que mide el valor de las principales empresas que cotizan en el país) subió más del 6%. Algunas compañías, como Loma Negra y Edenor, tuvieron subas importantes, en parte porque bancos internacionales mejoraron su calificación.
También subieron algunos bonos de deuda (que son una forma de ver cómo el mundo financiero evalúa al país). Pero estas mejoras en la “City” no se reflejan en la vida diaria de la gente: no hacen que baje el precio del alquiler, que alcance el sueldo o que mejore el consumo.
¿Y el riesgo país?
El famoso “riesgo país” –que mide cuán riesgoso es para los inversores poner plata en Argentina– se ubicó en 720 puntos. Bajó un poco, pero sigue alto. Es como si los grandes jugadores internacionales dijeran: “vemos algunas señales, pero todavía no confiamos del todo”.
En resumen
El dólar volvió a subir con fuerza, tanto en el mercado oficial como en el financiero. Mientras Milei promete estabilidad y baja del dólar, los precios siguen para arriba. Y aunque hay señales de optimismo en el mundo financiero, esa tranquilidad no llega al bolsillo de la mayoría. Como siempre, los mercados pueden celebrar, pero el verdadero termómetro está en el changuito del supermercado.