Una misión técnica del Fondo Monetario Internacional, liderada por Bikas Joshi, llegará este martes 24 de junio a Buenos Aires para iniciar la primera evaluación del programa de facilidades extendidas (EFF) firmado en abril pasado. El objetivo central: comprobar si el gobierno de Javier Milei logró aumentar las reservas del Banco Central (BCRA) según lo pactado.
La meta original establecía un incremento de aproximadamente USD 4.400‑4.500 millones en reservas netas antes del 15 de junio. Sin embargo, ese plazo se incumplió y motivó el lanzamiento de urgentes maniobras: un repo por USD 2.000 millones con bancos y la emisión de un “bono suscriptible” de USD 1.000 millones por mes . Aun así, el déficit persiste en varios miles de millones, lo que pondría al FMI en la disyuntiva de conceder un waiver para habilitar el desembolso de USD 2.000 millones previsto en junio.
El gobierno presume haber logrado un superávit primario de alrededor del 0.8 % del PBI gracias a “una fuerte ancla fiscal”. Pero ese supuesto éxito esconde un ajuste drástico: miles de despidos en el Estado y recortes en salud y educación, una estrategia que favorece las finanzas oficiales a costa de ampliar el deterioro social.
Además de revisar las reservas, la misión conversará sobre las reformas impuestas por el acuerdo: previsional, laboral, tributaria, tarifaria y privatizaciones. Estas medidas –muy polémicas por bypassear debates y apoyo—no son sólo el pasaporte para otro tramo del préstamo: marcan el verdadero plan del gobierno: un rearme del Estado a favor de la lógica de mercado, con poco consenso y mucho impacto social.
