Con el tono de una jugada política de alto voltaje, el Gobierno activó hoy mismo la discusión de la reforma tributaria que aspira a imponer en 2026. El escenario elegido: la Casa Rosada, convocando al Consejo de Mayo para poner en marcha el motor de un cambio impositivo que promete sacudir la economía.
El órgano multisectorial se reunió en pleno con representantes del Ejecutivo, empresarios, sindicalistas y gobernadores. La consigna fue clara: abrir el debate sobre impuestos, reducción de cargas y un esquema fiscal radical que el Presidente viene definidamente impulsando.
El jefe de Gabinete encabezó el encuentro, mientras ministros clave presentaron datos económicos y proyectaron los impactos que el plan podría tener sobre la recaudación y la competitividad. Entre los objetivos: eliminar tributos “superfluos”, concentrar la carga impositiva, atraer inversiones y redefinir el mapa fiscal nacional.
La puesta en escena deja en evidencia que esta reforma no es solo un proyecto técnico, sino una jugada política explosiva. Con esta ofensiva, el Gobierno busca marcar la agenda legislativa, tomar impulso hacia 2026 y presentarse como el motor de una transformación profunda que atraviesa la vida económica del país.