El Gobierno y los principales espacios políticos en la provincia de Buenos Aires se reorganizan de cara a las elecciones provinciales del 7 de septiembre. Mientras el peronismo, liderado por Axel Kicillof, acelera su integración interna y alianzas, el PRO y La Libertad Avanza afinan su acuerdo para enfrentar al frente peronista en la legislatura provincial.
En el Partido Justicialista, el congreso realizado en Merlo habilitó a Máximo Kirchner y a otros referentes a negociar un frente amplio con sectores del peronismo, poniendo énfasis en la unidad y la gobernabilidad post internas. Kicillof llamó a dar “un paso importantísimo” tras el encuentro, con un guiño hacia Cristina Fernández y un mensaje de cohesión frente a Javier Milei.
En paralelo, el PRO bonaerense, con Cristian Ritondo a la cabeza, convocó una asamblea para formalizar una alianza electoral con La Libertad Avanza, bajo la denominación provisional de “La Libertad Avanza” y con color violeta, dejando en evidencia una estrategia clara en la oposición. Desde el entorno libertario señalan que el acuerdo está “encaminado”, aunque persiste cierta desconfianza entre intendentes amarillos.
Este momento de confirmación de alianzas llega justo cuando se vencen los plazos para inscribir frentes y presentar listas —entre el 9 y 19 de julio—, lo que presiona a ambas fuerzas a cerrar acuerdos rápidamente.
Las alianzas en la provincia serán clave no solo para la elección legislativa provincial, que renovará 46 diputados y 23 senadores, sino también para sentar precedente rumbo a las elecciones nacionales de octubre.
La pulseada política de este mes, entre unidad peronista y coalición opositora, definirá la base con la que cada fuerza llegará a las elecciones generales nacionales, marcando una provincia estratégica para el equilibrio de poder.