Tras múltiples denuncias de vecinos y operativos fallidos, la Ciudad clausuró y tapiò definitivamente el Hotel Gemini, epicentro de delitos y conflictos en el barrio porteño de Balvanera.
El hotel, ubicado sobre la calle Alsina al 3000, había sido clausurado en reiteradas ocasiones, pero volvía a operar pese a las medidas judiciales. Funcionaba como alojamiento precario para personas en situación de calle, pero también como punto de venta de drogas y espacio tomado de forma ilegal. La clausura final incluyó el tapiado total del edificio para evitar futuras usurpaciones.
Durante el operativo, las fuerzas de seguridad identificaron a 49 personas y se labraron actas por tenencia de estupefacientes, armas blancas y disturbios. También se desalojaron estructuras improvisadas instaladas en la vereda, que generaban conflictos permanentes con los vecinos y comerciantes de la zona.
La clausura definitiva fue impulsada por el Ministerio de Seguridad porteño, con respaldo de la Agencia Gubernamental de Control. Residentes del barrio celebraron la medida, aunque reclamaron soluciones de fondo para evitar que otros espacios corran la misma suerte y se repita el patrón de abandono, toma y delito.