El clima político se tornó explosivo tras una nueva disputa entre el Gobierno y el Congreso. La Casa Rosada lanzó durísimas acusaciones contra los legisladores, a quienes señaló de hacer “pura demagogia” al aprobar leyes de financiamiento para el Hospital Garrahan y las universidades públicas.
La confrontación estalló luego de que el Parlamento diera luz verde a las iniciativas que garantizan mayores recursos para dos sectores clave: la salud infantil y la educación superior. Mientras en las calles crece la presión social por la falta de fondos, el Ejecutivo retrucó con un mensaje lapidario: “no hay dinero para sostener esos gastos”.
El oficialismo sostiene que se trata de un golpe político planificado para obligar al Presidente a ceder en su plan de ajuste. En cambio, desde la oposición replican que se trata de una defensa de derechos básicos que el Gobierno pretende recortar sin miramientos.
El choque promete escalar. Si el Presidente mantiene los vetos, los proyectos podrían quedar en el limbo y el futuro financiero del Garrahan y de las universidades quedaría en jaque. En paralelo, ya se anuncian movilizaciones de estudiantes, docentes y trabajadores de la salud que advierten con paralizar las calles si no se garantiza el financiamiento.
La pulseada recién comienza y amenaza con convertirse en una verdadera guerra política: el Gobierno se juega la credibilidad de su plan económico y el Congreso, el respaldo social en dos de los sectores más sensibles de la sociedad argentina.