Tras la muerte del Papa Francisco, su barrio natal, Flores, se convirtió en uno de los lugares más visitados de Buenos Aires. Allí, vecinos, turistas y fieles recorren los sitios más importantes de su vida con guías o de manera autoguiada y gratuita.
El Circuito Papal arranca en Membrillar 531, la casa donde vivió de chico, y sigue por la Basílica San José de Flores, donde sintió su llamado al sacerdocio. También incluye su escuela primaria, la plazoleta donde jugaba al fútbol, y termina en la Catedral Metropolitana, donde fue Arzobispo.
El Gobierno porteño ofrece un mapa interactivo gratuito, con datos y fotos de cada punto del recorrido. Además, hay agencias que ofrecen tours pagos y guiados que incluyen traslados.
Otros lugares que lo recuerdan son su peluquería de cabecera en el centro, su puesto de diarios favorito, y la cancha de San Lorenzo, el club de sus amores.
Para quienes buscan una experiencia más espiritual, se puede visitar también el Seminario Metropolitano, donde Bergoglio se formó como sacerdote, y la iglesia donde fue bautizado: la Basílica de San Carlos y María Auxiliadora.
Estos recorridos no solo cuentan la historia del primer Papa argentino, sino que también conectan con su legado: la fe sencilla, el compromiso con los pobres y el amor por su barrio, al que nunca dejó de mencionar.