La tensión volvió a encenderse. Cristian Jerónimo, uno de los máximos referentes de la CGT, apuntó con dureza contra el Gobierno y acusó al oficialismo de impedir cualquier reforma laboral consensuada. Según el dirigente, el Ejecutivo “avanza a oscuras, sin diálogo y sin voluntad real de construir acuerdos”.
Jerónimo denunció que la central obrera jamás recibió el proyecto completo y que todo lo que se conoce son versiones sueltas que cambian cada semana. Para la CGT, esto demuestra un manejo improvisado: “No nos enviaron un solo texto oficial. Todo se decide entre cuatro paredes”.
El sindicalista advirtió que las modificaciones incluirían cambios en vacaciones, indemnizaciones y bancos de horas, siempre con impacto negativo para los trabajadores. Aseguró además que el Gobierno ignora tanto a sindicatos como a empresarios, repitiendo la falta de diálogo que ya se vio en otras iniciativas.
También cuestionó que los borradores aparezcan y desaparezcan sin explicación: “No hay previsibilidad. Nadie puede discutir en serio cuando el proyecto cambia todo el tiempo”.
Jerónimo afirmó que la CGT mantiene conversaciones con distintos sectores políticos, pero remarcó que el Gobierno continúa tomando decisiones en soledad: “Cuando avanzaron así, no se creó empleo. Se perdieron puestos de trabajo y cerraron más pymes”.
La central obrera exige una mesa de negociación real, con todos los actores del mundo laboral, y advierte que una reforma hecha por imposición solo traerá más conflicto. “Si quieren estabilidad, deben transparentar el proceso”, señaló el dirigente.
La disputa sigue abierta. El Gobierno se encierra, la CGT se endurece y el futuro laboral del país queda atrapado en una pelea que crece cada día.